Un día a la vez

¿Cuántas veces nos generamos angustia al imaginar todo lo que tenemos que hacer en un día? Suena paradójico, pero es común caer en la creencia de que, mientras más repitamos mentalmente nuestras responsabilidades o metas, más cerca estaremos de cumplirlas. Aunque esto, en cierta medida, puede motivarnos, cuando se vuelve excesivo o desadaptativo, puede reducir drásticamente nuestro enfoque. Nos obsesionamos con un solo aspecto de nuestra vida, descuidando otras áreas igual de importantes, y empezamos a vivir en una especie de cuenta regresiva constante, esperando el momento en que todo se resuelva.

Entonces, ¿cuál sería una mejor alternativa? ¿Renunciar a nuestros sueños? ¿Dejar las cosas a medias? Por supuesto que no. En programas como Alcohólicos Anónimos (AA) y Narcóticos Anónimos (NA), se utiliza una estrategia poderosa: vivir un día a la vez. Esto significa concentrarse en lo que podemos hacer hoy, en las tareas inmediatas y manejables que contribuyen al bienestar y al progreso. Preguntarnos: ¿Qué necesito completar hoy? o ¿Qué pequeño paso puedo dar ahora? nos permite enfocarnos en lo presente y reducir la ansiedad por el futuro.

Desde una perspectiva psicológica, este enfoque se relaciona con la tolerancia a la incertidumbre y la práctica del mindfulness. Según investigaciones en psicología cognitiva, la rumiación excesiva sobre el futuro genera lo que se conoce como “angustia anticipatoria” (Borkovec et al., 2004), un estado emocional que nos paraliza y nos desvía de la acción efectiva. Al centrar nuestra atención en el momento presente, como proponen Kabat-Zinn (1990) y otros autores, reducimos el impacto de esta ansiedad, recuperamos claridad mental y logramos tomar decisiones más efectivas.

Esto no significa descartar nuestras metas a largo plazo, sino reconocer que los grandes logros se construyen a partir de pequeñas acciones diarias. Como dijo el filósofo Lao Tsé:

Un viaje de mil millas comienza con un solo paso

Tomemos ese paso hoy, desde la calma y la intención. Es en esos pequeños granos de arena donde se encuentra el verdadero cambio.